El zinc es un oligoelemento esencial que está implicado en muchas de las funciones vitales del cuerpo humano como el correcto mantenimiento del sistema inmunitario, neurológico y hormonal. Este nutriente está presente en casi 100 enzimas del cuerpo humano y es fundamental para el desarrollo y crecimiento de nuestras células y la síntesis del ADN.
Otras de las características interesantes del zinc son: que ayuda la cicatrización de heridas, tiene propiedades antioxidantes y favorece el buen estado de piel, cabello y uñas. Además, es importante para el crecimiento y desarrollo durante la infancia y adolescencia.
El organismo absorbe únicamente entre un 20 y un 40% de la cantidad de zinc que ingerimos, por eso es importante cuidar nuestra alimentación para garantizar que nuestro cuerpo reciba el aporte diario adecuado.
Las ostras son la mejor fuente natural de zinc, ya que según la BEDCA (Base de Datos Española de Composición de Alimentos) pueden proporcionar cerca de 59, 2 mg por cada 100 gramos de este apreciado molusco.
Aumentar el consumo de almejas, mejillones, cangrejo, gambas, langostinos, nécoras o langosta nos aportan una saludable dosis de zinc ¡con todo el sabor del mar!
La carne roja es una de las mayores fuentes de zinc, pero también podemos encontrar este oligoelemento en las de cerdo, cordero y ave. El hígado de cordero y vaca son otra importante fuente de zinc, ya que 100 gramos de esta víscera nos aportan casi el 60% de las necesidades diarias requeridas.
Muy ricos en minerales y oligoelementos, algunos frutos secos como las almendras, avellanas, piñones o nueces nos aportan 4 mg de zinc por cada 100 gramos de estos alimentos.
Los cereales integrales, como el trigo, el arroz, la avena o el centeno, favorecen la absorción de este oligoelemento. El germen de trigo es una de las fuentes de zinc más importantes, ya que nos aportan 12,2 gramos por cada 100 g de producto mientras que el salvado de este cereal nos proporciona 7,3 mg. Incorporar a nuestra dieta semillas de calabaza, girasol o sésamo son una deliciosa manera aportar zinc a nuestro organismo.
Aunque no presentan unos niveles elevados de este mineral, algunos estudios revelan que consumirlos conjuntamente con otros alimentos que lo contengan potencia la absorción y la biodisponibilidad del zinc.
Las lentejas, los garbanzos, las alubias y la soja y sus derivados, como el tofu o el tempeh, son una nutritiva manera de incorporar el zinc a nuestra dieta. Nosotros te proponemos nuestro Guiso de lentejas al curry con más de siete tipos de verduras y cocinado con aceite de oliva virgen. Una deliciosa manera de obtener de todos los beneficios nutricionales de las legumbres cocinadas como en casa, gracias a nuestro exclusivo proceso Real Fresh, y listas en solo dos minutos.
El huevo es uno de los alimentos más completos y nos aporta proteínas de alto valor biológico ya que contiene los 9 aminoácidos esenciales, además de vitaminas y minerales. La yema contiene una cantidad moderada de zinc (2,3 mg por 100 gramos de producto) y su consumo es muy interesante para completar la dieta y alcanzar los niveles recomendados. Aunque en menor medida, los huevos de codorniz también son ricos en zinc.
La leche y el queso son una gran fuente de vitaminas y minerales. Los amantes de los quesos, especialmente del tipo emmental, gouda, grouyere, edam, cheddar o azul, encontrarán en ellos una deliciosa forma de incorporar alimentos ricos en zinc a su dieta.
Una alimentación variada es la mejor manera de asegurar a nuestro organismo la dosis equilibrada de zinc que necesita. Introduce en tu dieta alimentos y sabores que te ayuden a sentirte mejor, ¡cuídate disfrutando!